Muchas personas tienen metas, en un principio estás entusiasmado/a, con ganas de luchar y vas directo/a a la meta, pero cuando alguien te dice, según ellos, siempre por tu bien, ¿y si te sale mal?, ¿y si fracasas?, ¿y si tropiezas con malas personas?
La palabra tiene tanto poder, nos contagia y todo el entusiasmo se cambia por miedo, muchos son los que empiezan metas y pocos las acaban.
Os invito a que nadie que os diga algo negativo le escuchéis, porque ellos hablan de sus capacidades, no de las nuestras.
Cuando me casé muchas personas me decían que al ser la mayor de 8 hermanos, lo mejor sería no tener hijos o solo tener uno, y claro, con 19 años me lo creí,.
Pensé si mi madre ha podido por qué yo no voy a poder, ya con 19 años pensaba en lo que yo podía, no en lo que los demás creían que no podía.
Así he basado mi vida en pensar que «sí puedo» y el que me diga que «no» es su capacidad, nunca la mía.
Así que si tenéis proyectos adelante, los que son incapaces de llevarlos a cabo te dirán que es difícil, yo te diría adelante, si tú crees que puedes, es que seguro que puedes.
Sigue tu meta, es la tuya y sabes que cuentas con todas tus fuerzas, nunca te pares a escuchar a los que te dicen que es imposible, porque solo lo es para ellos, no para ti, recuerda que tus metas no son las suyas.
