Nuestra justicia penal está en colapso por tener casi 30 mil personas privadas de libertad sin sentencia condenatoria: MinJusticia
“Estamos interesados en que haya muchos centros de conciliación y de mediación en el país. Los consultorios jurídicos ofrecen ese servicio en diferentes modalidades e incluye la posibilidad de mediación penal».
El ministro de Justicia y del Derecho, Néstor Iván Osuna Patiño, aseguró que la justicia penal en Colombia «Está en colapso al tener casi 30 mil personas privadas de libertad sin sentencia condenatoria, recluidas en unos lugares, en unas estaciones de policía, en unos centros de transitorios de retención que son absolutamente vergonzosos y humanitariamente insoportables».
En su intervención en el foro «La justicia restaurativa: hacia un nuevo paradigma de justicia», realizado por la Defensoría del Pueblo en la Universidad Javeriana, Osuna Patiño afirmó que los procesos judiciales tardan meses y años, lo que representa una pésima noticia para las víctimas. «Para el procesado es terrible la privación previa de su libertad o la incertidumbre sobre la sanción o la absolución que habrá de sobrevenirle», añadió.
El ministro agregó que «En los últimos años Colombia entró en una espiral punitiva que la podemos ver en numerosas reformas al Código Penal, al Código de Procedimiento Penal, a la legislación penal en general, cuyo sentido por regla general es aumentar penas, crear delitos y suprimir beneficios». En este sentido, afirmó que es un buen momento para rediseñar y reformular la Política Penal y Penitenciaria. «Eso va a requerir numerosos esfuerzos, sobre todo de la sociedad colombiana, para entender que hay otras formas de justicia mejores a las que hemos tenido», afirmó.
«La esencia de la justicia restaurativa es resarcir a la víctima»
El ministro enfatizó en que la justicia restaurativa es la verdadera solución para garantizar una sociedad más justa y pacífica, pero requiere transformación cultural, porque su esencia está en la idea de resarcir a la víctima, «que es la gran olvidada del sistema penal, que se ensaña contra el victimario cuando lo atrapa, pero se olvida de la víctima».
«No lo neguemos, el castigo también tiene utilidad, pero no lo es todo, la reparación debe ser más que el castigo. Si nosotros logramos dar ese cambio cultural hacia una justicia que confíe más en la reparación de las víctimas, en el restablecimiento del tejido social y que modere el simple castigo que hemos tenido en los últimos años, creo que podemos construir una sociedad muchísimo más justa a aquella a la que tenemos en la actualidad».
Más temprano, en desarrollo del mismo foro, el viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa, Camilo Umaña Hernández, participó como ponente en el panel ‘Víctimas, ofensores y comunidad en el marco de la justicia restaurativa’, en el que manifestó que si se tiene un país colmado de sufrimiento, la respuesta no puede ser más sufrimiento, sino que esta tiene que ser mucho más constructiva y transmitir otro valor a la sociedad.
“Las prácticas más nocivas de exterminio han provenido muchas veces de los discursos de odio y de confrontación. Por ello tenemos que generar institucionalidad y pensar el país de otra forma. Allí también comienza la justicia restaurativa”, señaló.
Umaña Hernández recordó que el Ministerio de Justicia, desde que se posesionó el ministro Néstor Osuna, ha tenido como agenda la justicia restaurativa. “A eso le estamos apostando, pero debe ser un esfuerzo interinstitucional”, puntualizó.
«Ojalá haya muchos centros de conciliación en el país»
El ministro explicó el proceso para la constitución de centros de conciliación y mediación y aseguró que «estamos interesados en que haya muchos centros de conciliación y de mediación en el país. Los consultorios jurídicos ofrecen ese servicio en diferentes modalidades e incluye la posibilidad de mediación penal».
Agregó que este es un trámite que se hace ante el Ministerio de Justicia, a través de la página web, y la entidad debe verificar la seriedad del centro, de la oferta, que tenga la logística suficiente para operar y cuente con los profesionales idóneos. «Es el propio particular que quiere abrir un centro de conciliación, el que determina qué modalidades de conciliación quiere ofrecer, dentro de ellas, la posibilidad de mediación penal».
Un centro de conciliación puede construirse para un servicio particular, pero si quiere cambiar su oferta puede hacer el trámite ante el ministerio. «En este año solo hemos recibido una solicitud para incluir la mediación en un centro de conciliación. No hay solicitudes represadas, hubo una este año que se resolvió en dos días», puntualizó.
