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Familiares de políticos fallecidos en accidente aéreo esperan resultados de la investigación

Villavicencio.- Son varios los interrogantes que surgen del trágico accidente de la avioneta Cessna T210N Turbo Centurión II de Matrícula HK-5138, en la que murieron, el aspirante a la Gobernación del Meta, Jorge Felipe Carreño Sánchez, el concejal, Óscar Yesid Rodríguez Cañón, el Diputado, Dimas Barrero Pandales, la exsenadora y exdiplomática, Nohora Tovar Rey, su esposo, Guillermo Pérez Giraldo y el Piloto, Heliodoro Álvarez García.

Entre las conjeturas, algunos hasta han llegado a pensar, sí, alguien de pronto quiso llegar a pensar en causar algún daño y pudo haber manipulado el avión, horas antes de que saliera del Aeropuerto Vanguardia de Villavicencio, la mañana del miércoles, 19 de julio, de 2023, por los siguientes episodios:

Según, @Juan Poe, publicó en Twitter, que el aviador, sirvió a los frentes 1 y 16 de la Guerrilla de las Farc, junto con otros 7e pilotos, transportando cocaína desde Guaviare, Vichada y Guainía, hacia Venezuela y luego a centro América, entre los años 2001 y 2002. Por esas conductas delictivas fue condenado a 11 años en prisión y estaba inmerso en un proceso de extinción de dominio por parte de la Fiscalía General de la Nación.

Ahora, respecto del propietario de la avioneta, Andrés Ignacio Chávez Rojas, se conoció que es ganadero, empresario y contratista. Tenía el vehículo destinado al transporte privado, tipo taxi, y la matrícula HK-5138, fue expedida en 2015, por la Aeronáutica Civil. Además de contratar en el Meta, Guaviare y otros Departamentos, está afiliado en Asocebú y es propietario de la hacienda La Gamaisa, ubicada en Maní, Casanare.  Al mismo tiempo, es el representante legal de la empresa de seguridad y vigilancia Avizor Ltda.

En otros aspectos, consultada la página de procesos nacional unificada de la Rama Judicial, le figuran 16 demandas, algunas con prescripción, otras archivadas y unas pocas vigentes.

Respecto del accidente, dicen algunos campesinos que la avioneta parece que se hubiera ido desintegrando en la medida en que iba cayendo al suelo. Las alas quedaron retiradas, dos pasajeros expulsados a 50 y 200 metros de distancia, mientras que los otros cuatro quedaron dentro del aparato.

Ahora, con el golpe, el cuerpo de la avioneta no se desintegró, como ha ocurrido en otros accidentes que quedan reducidos a cenizas. En consecuencia, será el equipo de expertos en siniestros aéreos de la Aeronáutica que establezca las reales causas que ocasionaron el lamentable accidente.

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