Hoy es un día de verdadera reflexión. Silencia tu mente. Déjala como un espejo de obsidiana. Pon atención a lo que ves, escuchas y tocas. Si vuelven los pensamientos a perturbar córtalos con decisión y retorna a tu objeto de contemplación. Haz que tu percepción se vuelva una daga de pedernal que penetra el misterio de ese asunto que te deseas resolver. Delante de ti se ha de mostrar la verdad que buscas.
Ver la realidad te permite discernir la razón de las cosas. Es muy útil a la hora de recuperar la salud del cuerpo y del alma. Pues la toma de conciencia de lo que es real facilita tomar decisiones que rompen con hábitos dañinos, deseos ilusorios y creencias falaces. En base a tus reflexiones más profundas podrás elegir el camino que es correcto para ti y seguirlo con coraje.
Observa con interés tu vida por dentro y por fuera. Haz de tu mente un espacio en donde aparezca la información que necesitas. Pensar y pensar siempre por las mismas vías no es reflexión verdadera. Rompe con el diálogo interior de siempre. Abre tu corazón a aceptar los hechos de tu vida tal y como son. Vendrá el rayo de la visión espiritual que erradica toda falsedad y te trae de vuelta al equilibrio de la naturaleza.
