Reflexión

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La retribución de la vida

Descubrir que nuestros esfuerzos no siempre son recompensados. O no lo son, al menos, de la forma que nosotros esperamos.

La vida tiene formas de retribución que a menudo escapan a nuestra lógica. Tal vez hagamos un gran favor a alguien que no nos corresponde como desearíamos, pero otra persona nos favorece en el momento menos pensado.

Esa es la magia de Universo.

Con los años se aprende que casi nada sucede como esperamos, y eso es desconcertante y al mismo tiempo emocionante.

Y la lección que podemos extraer de eso está clara: lo genuino es hacer las cosas de corazón, sin esperar contrapartidas, por el puro placer de sumar bondad y belleza al mundo, como decía el misionero Vicente Ferrer:

«La acción es una oración sin palabras… La acción buena contiene todas las filosofías, todas las ideologías, todas las religiones»

Es imposible saber cómo será recibido aquello que entregamos a los demás, al mundo, pero si está bien hecho, encontraremos la primera satisfacción al sumar en vez de restar, al traer amor en lugar de odio, al dar lo mejor de nosotros allí donde seamos necesarios.

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