Jamás en la vida permitas que tu bondad te ciegue hasta el punto de no darte cuenta cuando no te valoran y respetan.
No aceptes humillaciones, mentiras e indiferencia, se consciente de lo importante que eres para el mundo, y vete cuando no te den el lugar que mereces.
La malicia no nos lleva a ningún lado pero una bondad consciente con límites sanos, nos da el lugar que merecemos.
Por eso la soledad nos enseña que no debemos someternos a cualquier compañía.
Tener claro lo que mereces te permite vivir los momentos, porque sabes elegir personas con quienes aportas y te aportan a ser mejor y no a estancarte.
