Reflexión

La Maternidad

Cuando entramos en la maternidad, muchas cosas cambian, es como que nuestra vida se pone patas arriba y poco a poco necesitamos poner las cosas en su sitio aunque durante mucho tiempo convivimos con cierto caos.

Si quieres ser feliz, saca a tu hijo del centro de tu vida. Te lo explico

Cuando tu hijo es todo en tu vida, corres el riesgo de invertir las prioridades. Si tu hijo es lo primero en tu vida, puede que poco a poco vayas olvidando tenerte en cuenta, pensar en ti y escuchar lo que necesitas.

Generalmente los niños no necesitan demasiadas cosas materiales para estar bien, pero sin cuidados afectivos no pueden subsistir como sentirse queridos, seguros y tener sentido de pertenencia. Cuando nuestro bienestar emocional no es lo primero, darles lo que necesitan no es tan fácil.

Cuando entras en la maternidad, te conviertes en la madre de un ser único, la relación se construye sobre unos pilares, valores y creencias personales, si antes no te priorizabas, hacerlo ahora será más difícil. Priorizarte no es tan difícil, es decirle “no” a tu hijo más veces para decirte sí a ti.

Pensar en ti no es darte lo mismo que te dabas antes porque las personas cambiamos y los gustos también. Quizás ahora no te apetece lo mismo que antes y puedes descubrir otras actividades que te hagan bien, búscalas.

Cuando un hijo está en el centro de nuestras vidas, generalmente salimos nosotros para darle un lugar privilegiado, pero puede tener un lugar sin que tú desaparezcas. Una madre que no se cuida, se va consumiendo y aunque la maternidad cansa, no debería agotar.
.
En el centro de tu vida, no puede estar tu hijo, aunque sea lo más importante para ti. Su vida depende de la tuya, por eso priorizarte es una responsabilidad aunque a veces pensar en ti te haga sentir culpa.

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba