Cuando lo correcto es dejar paso
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.
Un empleo, un cargo, una relación. La libertad personal es nuestro bien más preciado. Hasta en las ataduras, si son elegidas, somos dueños de nuestro ser. Ahora bien, siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes el sentido del resto.
¿Terminó tu función? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente revolcándote en los porqués, y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El resto también tendrán que repensar si compensó.
Lo que sucedió, sucedió; hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos. El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú.
La vida está para adelante, toma tus decisiones, cierra capítulos. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajabas ahí, en ese lugar, en ese puesto.
Rematar siendo correcto en las acciones es lo que engrandece y no me cabe duda de que así será.
Ser fiel a los compromisos y elegir el mejor camino para todos ayudará a seguir adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!