La mirada que nos ayuda
A casi todos los acontecimientos y circunstancias que vivimos en nuestra vida podemos encontrarle algo positivo.
Incluso a los problemas y las crisis les podemos encontrar un lado positivo. Esto se refleja muy bien en el idioma chino en el que la palabra crisis está compuesta por dos ideogramas: el de peligro y el de oportunidad.
El hábito de mirar las diferentes situaciones y a las personas de nuestra vida diaria en positivo, de hacer el esfuerzo consciente de encontrar los aspectos positivos, las ventajas, las oportunidades, las posibilidades, nos ayuda muchísimo a sentirnos felices, pero también a enfrentar y
resolver eficazmente los problemas, y a lograr aquello que nos hayamos propuesto. Esta mirada es capaz de transformar la realidad y de mostrarnos caminos que de otra manera nunca hubiésemos podido ver.
Para ello, una poderosa herramienta son las preguntas, porque nos ayudan a enfocar la atención y a abrirnos a nuevas posibilidades: ¿Qué tiene de positivo esta situación? ¿Qué oportunidad puede haber en ella? ¿Qué beneficio puede suponer? Sí, ya sé, esto parece algo bastante básico y sencillo de hacer. Ciertamente sencillo es, otra cosa diferente es si lo hacemos o no porque ello depende del hábito que hayamos desarrollado desde nuestra niñez, y éste, a su vez, depende del entorno en el que crecimos y nos desarrollamos.
El rechazo de un cliente a una propuesta comercial puede ser la oportunidad de entender más en profundidad la realidad y las necesidades de ese cliente para ajustar nuestra oferta a ellas. Un conflicto con un compañero de trabajo puede brindar la oportunidad de incrementar nuestras habilidades para las relaciones humanas o para el manejo de conflictos. Un error cometido lo podemos ver como un aprendizaje realizado, y un fracaso, como la oportunidad de empezar de nuevo más inteligentemente. Como ves, la clave está en mirar las circunstancias con ojos que buscan lo positivo que hay en ellas. Y prácticamente siempre lo hay si lo buscamos.