Reflexión

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El olor de mamá

¡Mamita, como hueles de rico!

Eso le decía una pequeña de seis años acostada conversando con su mamá.

Y ella le decía:

-“¿Pero mi amor, a que puedo oler si no uso lociones, ni perfumes, ni cremas?

Con seguridad no huelo a nada”.

Mi pequeña solo volvía a decir sonriente:

-Te equivocas, mamita, hueles, rico, “HUELES A MAMÁ”…

Esta respuesta siempre me llenaba de emoción y ahora, después de haber visto pasar el tiempo, me hace pensar: Que es una hermosa respuesta, llena de amor y de ternura.

¡Hueles a Mamá…! Yo nunca había pensado en ese olor, no lo había llamado así, nunca supe definirlo, pero ahora sé que mi madre, también huele, dulcemente a mamá. El olor de madre te identifica y los niños, como siempre, muy sensibles e intuitivos a ciertos detalles que van más allá del simple olor, lo descubren y lo dicen.

Hueles a Mamá…

Especialmente cuando estas llena de ternura, de amor, de cariño, de comprensión y de deseos, de amar y de servir a tus hijos que ahora quizás no te comprendan, pero mañana se cambiará la historia.

Hueles a Mamá…

Cuando juegas con tus hijos sin importarte que paso con tu arreglo.

Cuando con ellos vuelves a ser niña y compartes sus juegos, la pelota y la muñeca y alguno que “pierdes el tiempo” estando con ellos.

Hueles a Mamá…

Cuando con ellos cantas y les cuentas cuentos.

Cuando escuchas es toda tu atención a sus quejas

y oyes sus problemas, sus temores y sus inquietudes.

Hueles a Mamá…

Cuando encuentras palabras adecuadas en sus momentos tristes o de angustia.

Hueles a Mamá…

Cuando les dedicas todo tu tiempo, especialmente cuando están enfermos.

Hueles a Mamá…

Cuando les permites invitar a sus amigos, sin preocuparte como te dejan la casa.

Hueles a Mamá…

Cuando soportas sus bromas pesadas.

Cuando les hablas de su deporte favorito, aunque tú no entiendas nada.

Hueles a Mamá…

Cuando les reprendes a tiempo e impones una disciplina dulce pero firme.

Cuando sabes decir SI y cuando sabes decir NO.

Hueles a Mamá…

Cuando te afanas y preocupas por sus estudios reconociendo que es su futuro.

Cuando procuras mejorar y aprender a ser mamá las veinticuatro horas del día.

Ojalá que todas las mujeres tuvieran siempre ese hermoso y dulce “olor a Mamá”.

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