Las palabras crean realidad
Las palabras y el lenguaje constituyen el componente
básico que utilizamos para pensar y dan forma a nuestra
realidad subjetiva. No es lo mismo calificar una situación de
problema que de reto. Estas dos palabras crean realidades
subjetivas distintas y suponen diferentes maneras de enfocarla
que tendrá su reflejo en cómo viviremos la situación y en la
actitud que adoptemos.
No es lo mismo decirse internamente “Este cliente es
muy exigente” que “Este cliente es imposible de satisfacer”.
En este segundo caso, la palabra imposible está creando una
realidad subjetiva en nosotros que nos dificultará, cuando no
impedirá, hacer el esfuerzo y aplicar la inteligencia necesarios
para cerrar una venta. Igualmente, no es lo mismo decirse
internamente: “En esta empresa no tengo posibilidad de
hacer carrera” que decirse: “Hacer carrera en esta empresa es todo un reto que puedo superar si me lo propongo”. De
nuevo, la diferencia entre “no tengo posibilidad” y “esto es un
reto” crea dos realidades interiores distintas que nos
conducen a adoptar actitudes y comportamientos distintos.
En el primer caso, yo mismo me estoy cerrando las puertas
con mi manera de ver la situación.
Sin embargo, es habitual que no le prestemos demasiada
atención al tipo de palabras y expresiones que utilizamos
cuando pensamos, cuando hablamos y cuando mantenemos
una conversación con nosotros mismos. Un buen ejercicio a
practicar con regularidad es poner la atención en tu
conversación –bien interior o exterior–, observarte cuando
estés pensando o hablando, y preguntarte: ¿qué realidad crea
este lenguaje que estoy utilizando? Este ejercicio tiene mucha
potencia porque nos permite modificar lenguaje y
expresiones que no nos ayuden, y por lo tanto, modificar
nuestra realidad subjetiva interna y, como consecuencia,
nuestra realidad externa, porque la realidad exterior siempre
es un reflejo de la interior.