Tu mirada puede ser despreciativa, neutra o apreciativa
Muchas personas van por el mundo ejerciendo constantemente una mirada despreciativa. Pasan buena parte del día criticando y juzgando a los demás, gratuitamente, sin saber apenas poco o nada de aquellos a los que juzgan.
Quizá por ello el gran psicólogo Carl Gustav Jung escribió este lúcido aforismo: «pensar es difícil, por eso la mayoría de las personas prefieren juzgar».
La mirada apreciativa, por el contrario, consiste en mirarse a sí mismo, a los demás y a la vida, buscando aquellos elementos que destacan, que son positivos, que suman, que unen.
Es un ejercicio sumamente interesante porque, cuando lo practicas, tomas conciencia de que hay muchas más situaciones, experiencias, personas, paisajes, lugares maravillosos.
Tu mundo cambia porque tu mirada lo transforma a partir del ejercicio voluntario y consciente de querer ver lo bello, lo bueno y lo verdadero en el mundo, en lugar de pasar el tiempo jugando, a criticar, a celar y a buscar defectos.
La mirada apreciativa se ejercita constantemente cuando existe la voluntad de querer mirar para ver lo bueno. Va íntimamente ligada a la gratitud consciente.
Por esta razón, quizá lo más inteligente que los seres humanos podemos hacer es aprovechar el tiempo que nos sobra para adquirir la sabiduría que nos falta a través de la mirada apreciativa, el aprendizaje permanente y la reflexión crítica.
